
Historia y leyenda en el Valle del Tiétar
Arenas de San Pedro tuvo una gran afición al ajedrez gracias a las simultáneas que desde hace décadas organiza la Peña Madridista de Arenas de San Pedro. Este evento se celebra durante las fiestas de Arenas en la Plaza de San Pedro, también conocida como la plaza de los quioscos. En aquellos tiempos, cuando no había internet ni móvil y la mejor forma de comunicación era la transmisión oral, la expectación era mucho mayor que hoy. La noticia llegaba a los lugares más remotos del Valle del Tiétar. La gente que quería echarse una partida contra un Maestro venía de Arenas, y de otros pueblos, como Guisando, El Arenal o del Hornillo. Algunos eran jugadores federados que tenían su segunda residencia en estos pueblos. Había que llegar temprano para poder pillar un sitio. La plaza estaba alborotada de curiosos que contemplaban sorprendidos cómo un solo Maestro jugaba contra varias personas al ajedrez. Entre los espectadores algunos eran familiares o amigos del que jugaba, otros se acercaban solo para ver aquel espectáculo. Todos seguían las jugadas de las diferentes partidas y algunos, los más entendidos, intercambiaban en voz baja sus opiniones sobre una u otra jugada y una continuación quizás más eficaz. Los diferentes maestros que pasaron por Arenas perdieron o empataron pocas partidas. El que logró sacarle al maestro unas tablas o incluso ganarle se iba más que contento a su casa.
Quizás esta animación fue la causa de que surgiera el Chaplin, bar de copas, en la misma plaza, que tuvo la peculiaridad de que en él se podía jugar al ajedrez. A partir de las diez de la noche se reunían jóvenes, hoy ya personas jubiladas o a punto de jubilarse, para echarse sus partidas mientras se escuchaba música. Allí estaban sentados en unos pufs y en medio, en una pequeña mesa un poco endeble, estaba colocado el tablero con sus piezas. Las partidas eran tan apasionantes que se olvidaban de su entorno. El Chaplin estaba lleno y ellos, metidos en su burbuja de ajedrez, calculaban las mejores continuaciones o un posible mate sin que nada ni nadie les pudiera sacar de este mundo que les apasionaba tanto. Al ser varios se turnaban. Los que no jugaban seguían en silencio, con vista de águila, la partida. De vez en cuando se les escapaba un gesto que indicaba que la jugada que había hecho uno de los jugadores era mala. Al acabar alguna partida interesante volvían a poner una posición concreta donde alguno opinaba que otra jugada hubiera sido mejor que la que se había hecho. Les enseñaba moviendo las piezas en el tablero cuál era, según su opinión, la mejor continuación . Lo argumentaba sin internet, solo con sus propios conocimientos, exponiéndose a las objeciones de los otros allí presentes, lo que llevaba a veces a vivas discusiones distendidas ,en las que otros hacían otras jugadas para refutar la tesis expuesta, acompañadas de risas y chistes.
La gente, con su copa en la mano, se paraba a mirar les jugar. Algunos que sabían algo de ajedrez se quedaban un rato absortos, contemplando la evolución de la partida, pensando en una u otra continuación posible. Ellos, al percatarse de que había un espectador interesado, no dudaban un instante en invitarle a echarse una partida con ellos. Cualquier ajedrecista, tuviera el nivel que tuviera, era bienvenido.
El Chaplin ya no existe. Cuando te encuentras con uno de estos veteranos jugadores y le hablas del Chaplin, ves cómo se le iluminan los ojos. Su rostro se vuelve nostálgico. Por un momento, como si de unas palabras mágicas se tratase, se va del mundo que le rodea, para recordar aquellos momentos tan agradables , que durante años le había deparado la vida en el Chaplin, jugando con sus maravillosos compañeros al ajedrez.
¡Qué tiempos más hermosos!
Historia y leyenda en el Valle del Tiétar
Las leyes, deberían basarse en derechos humanos universales y no en dogmas religiosos.
Rescatar, acoger, recuperar y ofrecer una vida digna a animales en situación de abandono o maltrato.
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Segunda etapa con llegada a Sotillo
Ruta antiguo Ferrocarril del Tiétar. Las Rozas del Puerto Real