El Torneo de Santa Teresa , un clásico

Desde hace 31 años se reúnen los ajedrecistas en el
Casino de Ávila para rendir homenaje al ajedrecista
abulense Félix García Ares . Muchas de sus partidas se
pueden ver en Internet. Félix García Ares. un jugador
autodidacta. jugó contra grandes Maestros como Roberto
Cifuentes , Miguel Illescas, Oleg Korneev o Pablo San
Segundo. En 1994. en Linares. en una partida interesante
y equilibrada hasta el movimiento 33 ,ganó Félix García
Ares contra el GM Francisco Vallejo.

Cerca de 100 jugadores acuden todos los años al torneo.
Jugadores federados de Talavera de la Reina, Toledo,
Béjar, Salamanca, Segovia , Madrid, y Cáceres por solo
citar algunas ciudades. Se acercan al torneo con la
esperanza de poder jugar alguna partida interesante contra
uno de los múltiples Maestros que acuden al torneo. Por el
torneo de Santa Teresa pasaron Maestros como el GM
Eduardo Iturrizaga que está muy ligado al mundo
ajedrecístico abulense y que ganó el XXIII Torneo de Santa
Teresa, el irónico MI Santiago Roa lo ganó en 2012 , así
como el serbio Aleksa Strikov y el GM ruso Vladimir
Epishin lo ganaron también.
¿A quién no le gustaría jugar una partida contra un
Maestro? Para cualquier ajedrecista de menor categoría,
esté federado o no, siempre es un honor poder jugar en un
torneo contra un Maestro como Juan Reyes, Jorge
Rentería o Javier Moreno aunque ya sepa de antemano
que va a perder la partida. A veces también ocurren
milagros y un jugador de menor categoría le gana o le hace
unas tablas a un Maestro. Esto si es el sueño de cada
ajedrecista, que no se suele cumplir la mayoría de las
veces.

En un ambiente relajado y distendido se echan por la
mañana sus partidas para luego a medio día comer y
tomarse una caña de forma relajada con sus compañeros o
conocidos , para coger fuerzas y emprender la recta final
de las partidas de la tarde, quizás con más ánimo que por
la mañana. El que no haya podido realizar su sueño de
ganar a un Maestro siempre le queda la posibilidad esperar
al año siguiente para probar suerte otra vez