
El Alzheimer, la identidad olvidada y el exilio del autóctono.
La memoria de los olvidados
12/09/2025 Arami Garit HernándezLa memoria, qué gran compañera de la vida. Nada se escapa de su traje aterciopelado y neuronal. Es la conexión de todo, es la mochila psíquica que convierte el recuerdo en ése pasajero del alma. Es desnuda,invisible. Inofensiva la del elefante que duerme en el recuerdo de sus colmillos arrancados. La del cuerpo lánguido de un concentrado campo de exterminio, la de la pérdida de lo divino y la fe. La del dolor del que perdió a su amada en ése vuelo a lo desconocido. La memoria del vagabundo sin cordones y sin manta en un enriquecido portal de un banco.
La memoria de los olvidados, los que partieron por un desierto y broncearon aún más su color negro y opaco de pena. Esos de la patera al destierro, de la risa blanca de sus bocas al odio occidental intolerado. El recuerdo sin memoria del olvido, del campo quemado, de la bomba que desplaza franjas y pueblos, inocentes heridos, y muertos ya sin memoria.
Qué hacer sin recordar quienes somos, en qué lugar se tejieron e hilvanaron nuestros sueños, los del exilio forzado y la identidad perdida. Somos la raza que debora todo y todo lo deborado que ya no somos capaces de rearmar.
Llegamos del disperso desequilibrio de países distintos, arrastrando el dolor a la despedida, sufrimientos percutados, ésa rabia indistinta que nos divide y hace del éxodo ya una costumbre humana. Queremos imponer nuestras culturas en países qué poco a poco pierden la suya. Globalizado se vuelve diminuto y transculturacion una certeza. Qué derecho tenemos a romper una muralla ajena, ese folclore de siglos, ése silencio armonioso de países en paz. Traemos la bulla incultural y desordenada, apoderandonos, sí, de lo que nadie quiere, el cuidado del anciano, el trabajo del ladrillo que rompe nuestra espalda, el servicio a deshoras de la cafetería sin tiempo de cierre en sus puertas. Volvemos a ser esclavos de nosotros mismos, del autóctono que necesita del migrado, y viceversa indiscutible.
La armonía se evapora, pero necesita memoria y a su vez olvido. No tengo respuesta, he perdido el recuerdo, ya no sé qué hacer con este Alzheimer que va poco a poco consumiendo mis sentidos. Solo me queda esperar en aquel rincón que me tomen de la mano y me lleven a casa.
Arami Garit Hernández
Actor, cantautor, escritor, profesor de artes escénicas. Oriundo de una Cuba que pierde a sus hijos.


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