
Mas de1.500 almas vibraron en el Feliz NO Cumpleaños Tour 2025
De pequeña nunca nadie le dijo: ¡Qué niña tan bonita! No es que fuese fea, era más bien desapercibida, invisible. Como si no
estuviera. Aun así, atinaron a bautizarla con el nombre de Violeta, que pronto disminuyó a Violita y, por fin, a Lita.
Crecer inadvertida provocó en Lita un permanente dolor recóndito que atesoró como una prueba de su propia existencia. Pero
también tuvo sus recompensas, al no existir para los demás, quedó libre para hacer lo que quisiera, perderse por la sierra en largos
paseos o desaparecer en los libros de ciencia de la biblioteca de su pueblo sin que nadie la echara de menos.
Esta condición de no ser vista determinó su futuro. La vida oculta de las plantas se convirtió en su pasión. En sus largos solitarios
paseos por las cumbres de Gredos podía ser ella misma y relacionarse de igual a igual con las humildes pero resistentes especies que
las habitan. Los matorrales de enebros y piornos eran sus compañeros de camino, pero su favorita era el falso dragoncillo, la
becerrilla, como la llamaba la gente de allí, de larguísimo nombre científico pero de exigua presencia. Le gustaba porque era la
excluida, como ella misma. Mientras la retama era celebrada por todos al adornar la sierra en mayo con un manto amarillo solar, su
becerrilla era tímida y frugal, expulsada por el narcisismo acaparador del piorno, relegada a habitar en los extremos más arduos,
empujada a refugiarse incluso en las grietas de las rocas graníticas para sobrevivir. Su pequeña flor blanca con cicatrices púrpura y
sus tallos lampiños de hojas eran para ella un símbolo de su propia resiliencia.
Tiempo después, siendo ya parte de un selecto equipo de investigación para la restauración ecológica del medio ambiente, obtuvo por
fin el reconocimiento que de forma tan distraídamente cruel le había sido negado. Resultó que su becerrilla tenía dones ocultos que
Lita, en su ardua labor investigadora de años, consiguió hacer útiles para el bien común. La becerrilla no sólo era capaz de iniciar la
restauración de ecosistemas tras los incendios, sus semillas incrementaban su poder germinal con las cenizas y las altas temperaturas,
sino que podía extraer y retener el arsénico de los suelos contaminados por vertidos tóxicos. Estas aplicaciones les valieron a ella y a
su grupo investigador el Premio Nacional de Excelencia Ecológica y el reconocimiento público.
Lita volvió a ascender caminando por los altos de Gredos hasta llegar donde sus queridas plantas la esperaban, se tumbó entre ellas y
abrazó sus híspidos tallos para llevar las flores blancas con cicatrices fucsia hasta su pecho. Las reunió allí y con voz callada y tierna
les dijo: ¡Qué bonitas sois, mis niñas!
Envuelta en el acogedor silencio del lugar pudo sentir cómo las pequeñas flores de boca de dragón absorbían agradecidas el veneno
guardado durante tanto tiempo cerca de su alma. Ya no iba a necesitarlo, nunca más, para recordar quién era. Para saber que, en lo
más profundo, ella existía.
Mas de1.500 almas vibraron en el Feliz NO Cumpleaños Tour 2025
Estrenos y taquillazos iluminan la pantalla del Blasco
Esto no va de ideologías, va del destino de la humanidad
Una causa ecológica crucial.
La piedra, la espada y la fe escribieron su historia .
Psiquiatría Poética
Buscando gente para crear una compañía de teatro en el Valle